Publicado en El Periódico de Aragón
Rubén Cristóbal
No es la primera vez, pero tal vez sí la más significativa. Mientras el Gobierno central daba un nuevo paso ayer para sacar la Ley de la Memoria Histórica, un grupo de personas formado por arqueólogos, curiosos y dirigentes socialistas, comenzaron las excavaciones para exhumar, aunque de momento sin éxito, los huesos de ocho republicanos asesinados en la guerra civil en Aluenda, una pedanía del El Frasno.
Dieciocho personas, pertenecientes al denominado grupo Villarroya, fueron tiroteadas durante una emboscada en un estrecho paso montañoso cuando trataban de cruzar el valle del Jalón en dirección a Guadalajara para escapar de la represión a la que habían sido sometidos desde el alzamiento militar.
Casi todos murieron durante el tiroteo y fueron enterrados en dos fincas de la zona, una la que comenzó a excavarse ayer, mientras que dos o tres fueron apresados y fusilados unas semanas después en Calatayud en un acto público. Solo uno escapó, Alfredo Paramar, que logró huir a Francia, y que a los 97 años ha ayudado a Félix Tundidor a reconstruir esta historia.
La tenacidad de este ingeniero metido a estudiante de Historia ha permitido que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), bajo la dirección de Javier Ortiz, iniciara ayer las excavaciones. "Hemos realizado varias catas, que todavía no han dado resultados, aunque continuaremos hoy", explicó Nuria Maqueda, otra de las arqueólogas.
COLABORACIÓN CIUDADANA En la excavación colaboraron además media docena de personas, algunas de ellas políticos, como Aurelio Pablo, alcalde de El Frasno, o Juan Antonio Sánchez Quero, primer edil de Tobed y vicepresidente segundo de la Diputación de Zaragoza, ambos del PSOE.
Cuando concluyan estas excavaciones, los arqueólogos tienen previsto realizar otras dos exhumaciones, una junto al cementerio de Illueca, donde hay once personas enterradas, y otra en Árandiga, con otros ocho. Para todas ellas, la ARMH ha tenido que presentar ante Patrimonio de la DGA la solicitud de los familiares y el permiso de los propietarios, entre otros requisitos.
A partir de hoy comenzará también la exhumación de varios cadáveres enterrados en una fosa común ubicada en la localidad turolense de Singra y que serán inhumados en Calamocha, en la que vivían cuando fueron capturados.
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