Publicado en La Nueva España
M.S.M.
El hábitat de los neandertales de Sidrón sigue siendo la asignatura pendiente del equipo de excavaciones que dirigen Javier Fortea y Marco de la Rasilla. Después de varios intentos parece que el desenlace del enigma está más próximo. Durante los sondeos realizados en esta campaña los arqueólogos han localizado en el exterior de la cueva materiales que podrían estar relacionados con el lugar de habitación.
Se trata de una zona de espesa vegetación que coincide justo sobre la vertical de la galería del osario, un lugar en el que se han realizado estudios geológicos que no descartan esa posibilidad y que anima al equipo a plantearse nuevos sondeos en la zona.
Marco de la Rasilla anunció ayer que es muy probable que el próximo mes de marzo vuelvan a la cueva para proseguir con los sondeos en la zona alta.
Los geólogos han comprobado, como indicó ayer Enrique Martínez, que «la cueva se relaciona mucho con el exterior». Con esta frase está indicando que la morfología actual del lugar no tiene mucho que ver con la que debía de tener en la época en que vivieron los neandertales. Con toda probabilidad hubo derrumbes que transformaron el entorno.
Las prospecciones geológicas han podido determinar la presencia de una especie de chimenea por la que debieron de llegar los fósiles desde una galería superior. Sánchez del Moral avanzó ayer que probablemente su arrastre estuvo motivado por una gran tormenta que introdujo aguas en la cueva en una zona donde habitualmente no circulaba corriente fluvial, lo que produjo una colada de barro con cantos y arenas que arrastró los restos óseos hasta la galería del osario.
Hasta ahora no han podido acceder por ese hueco hasta la parte superior porque un relleno de arcillas cierra el paso, pero el hecho de que la mayor parte de los fósiles se localicen bajo esa especie de chimenea indica qué camino siguieron.
De todas formas, el lugar del que procedían los restos óseos no podía estar lejos de donde ahora se están localizando. Aunque aparecen desgajados y sueltos, su buen estado indica que no estuvieron mucho tiempo expuestos al exterior y que pronto fueron cubiertos con los sedimentos.
Muchos de los fósiles presentan marcas de corte, lo que indica que los neandertales practicaban la antropofagia, sin que aún se pueda decir si era culinaria o ritual.
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