Publicado en El Comercio Digital
A. F. A.
'Astures y romanos: nuevas perspectivas' es el título del libro editado por el Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea) presentado ayer en el Palacio del Conde de Toreno. Reúne las novedades desveladas en las cinco conferencias que a lo largo del año pasado ofrecieron en la institución varios arqueólogos que trabajan en destacados yacimientos de toda la región. Pese a todo lo descubierto, el coordinador de la publicación, Juan Fernández-Tresguerres, sostiene que «el 90% o más» de la cultura castreña «está aún por descubrir».
Indicó que en la región existe un número tan elevado de castros que «hay para investigar durante los próximos 200 o 300 años». El ejemplo más cercano a Oviedo, el castro de Llagú, «no es de los más importantes y además no ha habido una investigación continuada», precisó Fernández-Tresguerres. Añadió que entre los elementos recuperados durante el desmantelamiento del asentamiento «seguramente aparecieron cosas susceptibles de análisis». Pero en su opinión el castro «que en estos momentos tiene más importancia es el Chao San Martín».
Carmen Fernández Ochoa subrayó que la investigación arqueológica de estos yacimientos cambia continuamente, porque «hay métodos que hace 20 años no se podían ni imaginar». La arqueóloga destacó que «en Asturias se habían estudiado algunos castros con romanización, pero no ser había hablado de yacimientos estrictamente romanos» hasta estos últimos años.
«Roma aquí no es como un fantasma, no es una época oscura», subrayó Fernández-Tresguerres. Otilia Requejo, responsable de la excavación del Museo Arqueológico indicó que «los castros y la romanización van a estar representados en las instalaciones y las nuevas investigaciones pueden aportar materiales excepcionales». Fernando Gil, codirector del proyecto de Veranes y otro de los autores del libro, recordó que «en Asturias queda mucho por descubrir, sobre todo en el Oriente».
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