Publicado en Andalucía investiga
Amalia Rodríguez
Benzú ha vuelto a ser, un año más, punto de encuentro y trabajo durante un mes de expertos en historia, arqueología y geología. Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Cádiz (UCA), dirigido por los profesores de arqueología José Ramos y Darío Bernal, concluyó el pasado 20 de octubre la cuarta campaña de investigaciones en ‘La Cabililla’, asentamiento arqueológico encontrado en Benzú, entre la frontera de Ceuta y Marruecos. Voluntarios, jóvenes investigadores y expertos en arqueología y geología han recogido a lo largo de 30 días distintas muestras de las excavaciones, que se someterán a las pruebas de carbono 14 (hasta 45.000 años) y resonancia Spyn (para datar huesos de cronologías inferiores a los 50.000 años).
En estos restos arqueológicos, formados por dos yacimientos pese a estar incluidos en uno sólo: un abrigo paleolítico (cavidad vertical) y una cueva de época neolítica, se trabaja desde el año 2001.
Después de esta última campaña, el equipo documentará a partir de ahora el registro y extensión de los estratos medios del abrigo, zona en la que los expertos llevan trabajando desde hace dos años y donde se han hallado algunos con cronologías inferiores a 150.000 años.
Nuevos hallazgos
“Este año hemos excavado niveles paleolíticos tanto en el abrigo como en la cueva y también hemos obtenido información de herbívoros y carnívoros. Todo esto se une a un estudio minucioso de la fauna y antracología que localizamos en la zona”, detalla José Muñoz, profesor de Prehistoria de la UCA y uno de los responsables de las excavaciones en Benzú.
La antracología es el estudio de los restos de madera que se han recogido en un yacimiento. Éstos se analizan al microscopio y así se puede identificar el género de la planta o árbol al que pertenecieron, e incluso a veces puede ofrecer datos sobre la especie. Este análisis informa del entorno medioambiental del asentamiento, el tipo de madera de semillas y de plantas en la cueva que utilizaban en al antigüedad y con qué fin lo hacían.
Restos de carbones, e incluso semillas son otros hallazgos que estos investigadores han encontrado en el abrigo. En este sentido, están desarrollando un estudio tecnológico “muy potente” del estrato cuatro, o lo que es lo mismo, una zona que registra en torno a 200.000 años, plenamente musteriense.
“Todo el material lo analizaremos y estudiaremos en el nuevo laboratorio”. La Universidad de Cádiz les ha facilitado unas instalaciones en la Zona Franca de la capital y “será allí donde trabajaremos plenamente extrayendo los bloques con martillos y otras herramientas ruidosas. El trabajo es duro y necesitábamos un laboratorio donde poder trabajar sin problema de molestar con el ruido”, puntualiza Ramos.
Pese a que los expertos aún no tienen constancia de que en aquel asentamiento hubiera presencia humana, su mayor deseo es que en próximas campañas “descubramos restos humanos, una de las cuestiones que se reclaman en este tipo de yacimientos”, vaticina José Ramos.
Por otro lado, también se realizarán estudios de materias primas, petrologías y áreas de procedencia. Este proyecto, coordinado por el profesor de Cristalografía y Minerología de la UCA Salvador Domínguez, analizará la naturaleza y procedencia de las materias primas en el Estrecho de Gibraltar: minerales, silex y areniscas recogidos tanto en la provincia de Cádiz como en la provincia tingitana, cubriendo así el rombo inverso que forman el sur de Europa y el norte de Marruecos.
“Trabajamos en el estudio del afloramiento geológico de ambas zonas. Además, en colaboración con Alí Maate, de la Universidad de Tetuán, estudiaremos la geología del norte para buscar las materias primas y compararlas con yacimientos arqueológicos para ver qué materias primas se empleaban en ellos y establecer vínculos. Lógicamente, el primero de ellos es Benzú. En este sentido, veremos cuáles eran esas materias primas y de dónde provenían. Este estudio lo extrapolaremos también a otras cuevas del norte de Marruecos, como Kaf Thaht el Gar, excavada en los años 50 por Tarradel. Todo el material encontrado en esas cuevas está en el museo de Tetuán. Actualmente, estamos creando los fondos de este museo a través de un estudio mixto, con el que se están rescatando muestras. Geólogos y arqueólogos cruzarán toda la información para datar estos restos hallados en las cuevas”, explica Salvador Domínguez.
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