Belén Rico
Madinat Ilbira, la capital de la Vega entre los siglos VIII y X, va permitiendo a los investigadores aclarar algunos puntos del valor histórico, social y cultural de esta desaparecida medina, situada al pie de Sierra Elvira. Comparada por los científicos con Pompeya, la segunda campaña de excavación que se desarrolla estos días en Medina Elvira les está permitiendo adentrarse en sus secretos, porque la ciudad encierra las claves de la evolución de la Tardía Antigüedad y la alta Edad Media.
Un curso organizado por el grupo de investigación Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada y que se encuentra ahora en curso sirve como foro de debate para que los científicos informen de los hallazgos, maticen pautas de actuación y esbocen ya algunas teorías.
El curso Madinat Ilbira. Técnicas y estrategias de intervención en un yacimiento medieval, que se celebra hasta el próximo 12 de octubre, da también la posibilidad a los alumnos de participar activamente del proyecto de investigación, porque además de las conferencias podrán tener una experiencia más directa de trabajo de campo en el yacimiento.
Las conferencias y prácticas serán impartidas por especialistas e investigadores de diferentes disciplinas vinculadas a los intereses del proyecto de investigación de Madinat Ilbira. El arqueólogo italiano Marco Valenti o los arquitectos especialistas en restauración Stefano Gizzi y Aldo Aveta serán algunos de los invitados que compartirán sus experiencias con los docentes de la Universidad de Granada: Antonio Malpica, catedrático de Arqueología Medieval y director del grupo de investigación, y el profesor de Historia Medieval Alberto García Porras, responsables de la organización del curso.
Estas charlas y los resultados que se están obteniendo con la tercera campaña de investigación -pero segunda de excavación- permitirán a los investigadores dilucidar si los puntos de partida del proyecto, que se prolonga durante seis años prorrogables a otros seis, son correctos o no. Cuando finalice la campaña, que será revisada por una comisión interna de evaluación y consulta, el equipo elaborará una memoria final.
Antonio Malpica señala que ahora mismo se está excavando en la segunda demarcación. "El yacimiento se ha dividido en tres fases: La Zona I, la del Cerro de El Sombrerete o de la de la alcazaba, fue objeto de una intervención en 2005. Ahora se está excavando en la Zona II, la parte baja de la ciudad, que en la actualidad ocupa un olivar. En 2009 empezaremos a excavar en la tercera o del marugán, en el actual Cortijo de las Monjas".
Además de estas prospecciones -que se desarrollan el primer, tercer y quinto año, de los seis que dura el proyecto- el resto del tiempo se dedicará al análisis e investigación de los hallazgos.
Antes de la excavación de 2005, el yacimiento arqueológico de 330 hectáreas y que goza de la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC) ya había sido objeto de otras intervenciones: una de urgencia en 2001 por encargo de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía; otra en 2003, una serie de intervenciones sistemáticas que revelaron que la antigua capital de la Vega estuvo poblada durante el periodo emiral y el califal. Además en 2006 se estudió y consolidó el material encontrado en El Sombrerete y se hizo una pequeña intervención en la Zona II, en la que ahora se profundiza.
Este proyecto de seis años es ampliable a otros seis más si fuese necesario para desvelar la estructura, organización y forma de vida de la sociedad islámica de la época. También se trata de consolidar arquitectónicamente los restos que se van encontrando para su posterior puesta en valor. Por este motivo el curso que se está desarrollando cuenta con la intervención de arquitectos especialistas en la rehabilitación de espacios históricos, como el catedrático de Restauración de la Universidad de Granada, Javier Gallego Roca.
El objetivo del proyecto arqueológico, según explica Antonio Malpica, es poder mostrar a los ciudadanos el punto de arranque del establecimiento de los árabes en Hispania y la transformación en Al-Ándalus, de ahí el interés que ha despertado la excavación en la comunidad científica internacional. "Estamos ante el proyecto de excavación europeo que más expectativas ha levantado", sentencia Malpica.
Según los resultados obtenidos hasta la fecha, el arqueólogo explica que "Madinat Ilbira es una ciudad seguramente surgida a partir de un poblamiento campesino y tiene aún vestigios de la época romana". "En el siglo IX, Abderrahman II erigió su alcazaba y muy probablemente su mezquita mayor". Para el catedrático, la intervención que ahora se está llevando a cabo ayudará a "estudiar su organización como ciudad". "Necesitamos que nos ayude a comprender cómo pudo ser su posible evolución desde ese mundo rural de sus inicios a una estructura urbana plenamente formada".
Malpica señala que en esta fase se situará la red de pozos, "que es fundamental por ser la que abastecería los distintos asentamientos rurales que posteriormente pasarían a ser barrios de la nueva ciudad". También el Pago de la Mezquita y la distribución de las casas, lo que es un dato fundamental para conocer el modelo de familia de la sociedad andalusí de la época (siglos VIII-X).
En los estudios en la fase anterior ya se ha descubierto la muralla que rodea la Alcazaba y se ha localizado la puerta de acceso de Poniente, que conectaría la parte militar de Medina Elvira con la población civil, que estaría asentada en la Zona II.
Algunas estructuras de viviendas de familias que estarían vinculadas al poder ya comenzaron a salir a la luz en la ladera del Cerro del Sombrerete. "La realidad que hemos encontrado es que tanto la topología constructiva como la organización del espacio no es la habitual. Es una organización muy camuflada, muy elemental, pero muy inteligente, que logró aprovechar al máximo los recursos geológicos". Para el catedrático de Historia Medieval, "la información de primera mano que ofrece la técnica arqueológica" hace posible "plantear cuestiones más complejas. Por ejemplo, la jerarquización social por efectos del excedente productivo".
Y no sólo se están aprovechando las posibilidades formativas de Madinat Ilbira antes de que se ultimen los resultados de los estudios, también se han organizado ya una serie de actividades en paralelo para poner en valor el yacimiento: una muestra de arqueología experimental y una serie de visitas guiadas abiertas a todo el público. Es lo que los expertos denominan work in progress porque mientras los arqueólogos trabajan los ciudadanos y turistas pueden visitar la excavación para comprobar como se realizan las tareas de restauración.
Las visitas que comienzan ahora se realizan por todo el espacio de la antigua Medina Elvira. De esa forma los ciudadanos pueden ver con sus propios ojos cómo poco a poco reaparece una ciudad escondida por la tierra durante siglos.
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