Publicado en Milenio
Adornada con pequeñas caracolas y con un intenso olor a salitre del mar, una vasija griega de 2 mil 400 años está sumergida en un baño de agua salada en el Museo de Durres, en la costa albanesa sobre el mar Adriático.
Como parte del cargamento de un barco hundido con unas 60 piezas de cerámica, el ánfora de 26 pulgadas fue el objeto que los organizadores consideran el primer reconocimiento arqueológico del lecho marino de esta nación balcánica, conducido por expertos estadunidenses y albaneses.
“Tóquelo, tóquelo, trae buena suerte”, dijo el líder de la misión George Robb, de la Fundación Náutica RPM, en Florida. “Usted está tocando algo que se confeccionó antes de que Platón naciera”.
Iniciado en julio, el sondeo de un mes fue el primer paso en el trazado de un mapa de herencia cultural que pudiera fijar la posición de flotas hundidas de épocas antiguas y medievales que se sospecha yacen a lo largo de los 355 kilómetros de costas de Albania.
El ánfora estará en el Museo de Durres, al oeste de Tirana, y poco a poco se reducirá la sal en el agua a lo largo del próximo año, a fin de remover la salinidad del ánfora antes de su conservación.
Alrededor de 50 a 60 ánforas han sido localizadas en el lecho marítimo.
Luego de evaluar el hallazgo, se hará un esfuerzo por rescatar los restos, que darían información sobre el destino del buque y la arquitectura naval del periodo.
El barco también localizó otros 14 naufragios del siglo XIX en el reconocimiento arqueológico que concluyó el 13 de agosto.
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