Publicado en Diario de Navarra
A.O.
Las excavaciones arqueológicas que acompañarán a los trabajos dejarán a la luz, probablemente, nuevos restos de la antigua ciudad de Pamplona y, entre ellos, los cimientos de los edificios que hasta finales del siglo XIX conformaban las sucesivas belenas que sirvieron para diseñar la actual calle.
Belenas y necrópolis
Algunas de las calles actuales de Pamplona, entre ellas la de Eslava, tienen su origen en las antiguas belenas, que no eran otra cosa que callejones o patios entre casas o pasadizos. Su cometido era facilitar el paso entre las calles más principales. Por ejemplo, la belena de las Carnicerías, comunicaba la calle Descalzos con Jarauta, y la belena de Pellejerías servía de unión entre Jarauta y Mayor. La sucesión de ambas belenas, junto con la de la calle Mayor, dieron origen a la actual calle Eslava.
Los arqueólogos de Gabinete Trama prevén también localizar nuevas sepulturas vinculadas a la necrópolis hallada en las obras de rehabilitación del palacio del Condestable. De esta necrópolis se contabilizaron hasta 153 sepulturas fechadas entre los siglos V y VIII y correspondientes seguramente a la etapa visigoda, posterior a la cristiana y anterior a la formación del burgo de San Cernin. De acuerdo con las previsiones de Trama, estas nuevas sepulturas podrían aparecer en el tramo de la calle Eslava más próximo a la calle Jarauta.
De una etapa posterior, tampoco se descarta la presencia de enterramientos vinculados con la desaparecida iglesia del convento de San Francisco (siglo XV), ubicada donde hoy se levanta el colegio del mismo nombre. Se repetiría así lo ocurrido en el año 1902, cuando con motivo del derribo del edificio se encontraron algunos restos humanos. Estos restos, probablemente, correspondían a antiguos ajusticiados enterrados en la iglesia del convento.
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