Publicado en Levante
A. P. F.
Carolina Mai, que es la directora de los trabajos de restauración del yacimiento arqueológico de Els Banys de la Reina, respiraba ayer con alivio. Junto a Estefanía Ramos y Noemi Campos, también restauradoras, limpiaba con sumo cuidado los valiosos mosaicos de esta yacimiento romano de los siglos II y III. Al principio, cuando la arqueóloga Ana Ronda la llamó porque pensaba que la inundación se había llevado siglos de historia, Carolina Mai no se lo podía creer. «No sabíamos los daños y el yacimiento era una laguna».
El lunes un equipo de bomberos de la Vega Baja empezó a achicar agua. Las restauradoras encontraron daños en los revestimientos de los muros de la suntuosa villa romana. Temían sobre todo por los grandes mosaicos, pero las campañas para consolidar estos restos han surtido efecto. El gran mosaico circular ha resistido y también lo han hecho el pavimento lithostratos y el opus sectile.
Sin embargo, es pronto para cantar victoria, porque estas restauradoras tienen por delante un trabajo ímprobo. Tienen que limpiar las teselas con sumo cuidado. Carolina Mai comentó ayer que uno de los riesgos es la salinidad del agua, pues la sal, al cristalizar, puede provocar fisuras en el mosaico. También temen el efecto de los microorganismos sobre las piedras calcáreas.
«Por suerte los mosaicos se han salvado y, en principio, parece que ninguno de los daños es irreversible», afirmó esta restauradora.
La lluvia del martes vino incluso bien, ya que enjuagó con agua dulce los restos del yacimiento. Y también fue una bendición que el día estuviera nublado, ya que el sol puede resquebrajar el barro y producir daños en los mosaicos. Las restauradoras se afanaban ayer en limpiar este valioso yacimiento.
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