Vía: La Mañana
Josep Bertran
La expansión urbanística que vive desde hace algunos años la ciudad de Tàrrega, y especialmente la urbanización en los terrenos de la orilla izquierda del río Ondara, que a su paso por Tàrrega es conocido como el Reguer, han sacado a la luz importantes restos arqueológicos, mayoritariamente de la época medieval, que estaban bajo tierra después de las graves crecidas del río, cuyas aguas destruyeron todo lo que encontraron a su paso.
Así, en los últimos años se han excavado el convento de Sant Agustí, la Adobería, restos de murallas, del Portal, del puente más importante de acceso a la ciudad, de la calzada de acceso, una necrópolis y estos últimos días ha salido a la luz la Font dels Romans, un acuífero que durante siglos se utilizó como el abastecimiento más importante de agua a la ciudad.
Los arqueólogos tenían la sospecha, atendiendo a fuentes documentales, que en esta zona podían aparecer los restos de esta emblemática fuente del siglo XVII. Aun cuando su primera construcción se remonta a muchos más siglos atrás (de aquí que durante la Edad Media lo denominaran “Font dels Romans”), la estructura que ahora se ha hecho visible corresponde a la reconstrucción que se hizo en 1631, tras sufrir los efectos de una intensa inundación registrada el 1626.
A la espera de una intervención arqueológica en profundidad, la limpieza del yacimiento ya ha dejado a la vista la boca del pozo que nutría la fuente, unos escalones de acceso a la parte baja y el que conduce hacia el interior de la cisterna, coronada por una bóveda de piedra.
Junto a la fuente se ha localizado un recinto amurallado con un banco de piedra y fragmentos de cántaros de cerámica. Todo este conjunto arqueológico se encuentra situado a la orilla izquierda del Ondara y justo al otro lado de río, en frente de la calle la Font. Precisamente, la nomenclatura de esta calle tiene su origen en el hecho de que los habitantes de la Tàrrega medieval pasaban para acceder a esta fuente, atravesando después un puente sobre el río que también se derrumbó en la mencionada crecida del 1626.
Si bien a extramuros había otras fuentes y pozos, la dels Romans, es la más antigua de la cual se tiene noticia. Durante la virulenta inundación de Santa Tecla, el 1874, la fuente quedó inutilizada y, con el paso de los años, sepultada bajo tierra.
A consecuencia de esta riada, en Tàrrega quedaron totalmente destruidos unos 250 edificios y se registraron un total de 150 víctimas mortales.
Las viviendas de la margen derecha del Ondara fueron reconstruidas con el tiempo, no así los edificios, como el convento de Sant Agustí, y los equipamientos como el puente gótico y la fuente ahora descubierta. En la orilla derecha se construyó un muro de protección para futuras avenidas del río.
Noticia completa en La Mañana
Más información sobre la actividad arqueológica en Tàrrega también en La Mañana al respecto de la necrópolis Medieval
También en la web del Ayuntamiento de Tàrrega
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