Vía: La Mañana
Josep Bertran
En estos momentos se está trabajando entre la avenida de Ronda y la calle Balmes. “Por el momento ya han aparecido algunos vestigios, aunque es pronto para conocer la importancia del yacimiento”, según el arqueólogo del Museu de Tàrrega, Oriol Saula.
Los trabajos que se están llevando a cabo servirán, inicialmente, para delimitar la zona arqueológica de la que se desconocen sus dimensiones.
Según los técnicos, en las primeras impresiones no parece tan grande como se pensaba inicialmente, aunque todavía es pronto para concretar este aspecto.
“Como nos encontramos en una fase embrionaria de las excavaciones tampoco se puede concretar sobre el valor arqueológico del yacimiento, se podrá a partir de los materiales que se vayan descubriendo”, según el arqueólogo del Museu de Tàrrega, Oriol Saula.
La expansión urbana de los últimos años en el margen izquierdo del río Ondara ha sacado a la luz importantes restos arqueológicos, especialmente de la época medieval, como las ruinas del convento de Sant Agustí, una antigua calzada y, recientemente, del puente gótico que daba acceso a la ciudad amurallada a través del portal de Sant Antoni.
Según los resultados de los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo durante las últimas semanas, el puente tenía una anchura de 4,5 metros y una altura de dos metros. Las prospecciones también han puesto al descubierto los muros de contención del río y los soportes del puente.
Según los técnicos, la localización del puente da una información muy precisa de como era la trama urbana en la Tàrrega medieval y sus principales accesos desde mediodía.
El puente, como otras tantas infraestructuras y edificios, fue destruido por las inusuales inundaciones de Santa Tecla, que en Tàrrega ocasionaron la muerte de casi 200 personas y la destrucción total de 250 viviendas.
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